Declaración de principios
Fundamentación
El presente texto nace de común acuerdo entre los estudiantes, con la finalidad de llevar al papel la discusión por los principios básicos que denotamos; no como un registro de leyes –restrictivo- sino más bien como un soporte –teórico y práctico- para la construcción de una identidad de carrera.
La necesidad de formar profesionales en el área de la educación se origina por un proyecto país en la década del 40, cuando se funda el Instituto Pedagógico Técnico, que devino en la actual Facultad de Humanidades. Desde entonces y hasta 1973, el país se hizo cargo de la educación en su totalidad. El quiebre producido por la dictadura impuso una nueva cosmovisión de educación, que actualmente se evidencia en la instalación de leyes alejadas de una formación crítica, porque responde a los modelos de mercado.
Pensar y crear Universidad, es una labor inherente en la crítica de la sociedad. Entendemos por crítica un ejercicio del entendimiento que comprende una dimensión teórica y práctica. Conocemos, comprendemos, evaluamos y reflexionamos como sujetos activos, autónomos y libres. Nuestra visión es cuestionadora en función del momento histórico: dejamos de concebir la educación como mera reproducción de contenidos. Somos entes sociales, estudiantes de pedagogía, distanciados de los elitismos. La universidad la hacemos tanto académicos, estudiantes como funcionarios.
Lo mismo ocurre cuando pensamos nuestra carrera. Buscamos nuestro ser en la universidad y en la sociedad.
Somos una carrera pilar dentro de las humanidades. Distanciados del fanatismo empírico, comprendemos el mundo desde la óptica social. La responsabilidad de los profesores es, prácticamente, inconmensurable: cada estudiante, con sus diferencias individuales, sus problemáticas, sus sueños, sus temores, sus afectos, sus cansancios y, en medio de todo esto, profesores y profesoras de castellano, luchando contra el determinismo: insistiendo en la gramática y las reglas generales de acentuación. Corresponde a los estudiantes ser consecuentes con el primer acto de responsabilidad social: la elección de la carrera.
Dentro del ámbito de la especialidad, la literatura y el lenguaje constituyen ejes fundamentales en la historia de la humanidad. El amor a la lectura y el uso crítico de la lengua no son simples herramientas dentro del corpus epistémico de los estudiantes secundarios chilenos. Por el contrario, son dimensiones humanas que fortalecen el estar en el mundo de los sujetos y de sus relaciones con los otros.
Lamentablemente, el marco del capital determina el actual quehacer de la carrera. Se pretende formar docentes pro-activos, dinámicos y con capacidad de gestión. Esto es lo que tenemos que pensar. De esto nos debemos cuidar. La primera forma de aprehensión de la realidad es por medio de la mimesis: aprehendemos y aprendemos por imitación y repetición. Así, es sencillo caer en la estructura capitalista que el sistema educacional chileno ha sistematizado y reproducido en sus formas más perversas.
Idear carrera, universidad y sociedad es un proyecto de largo alcance. Al decir sociedad, no hacemos referencia necesariamente al estado- nación, sino más bien pensamos en un espacio geopolítico más amplio: Latinoamérica. Es un constante empezar, actualizando contenidos por parte de los académicos y siendo suspicaces por parte de los y las estudiantes. La duda metódica debe ser nuestro ejercicio permanente, porque el sistema del capital se presenta seductoramente, de manera velada, solapada.
Visión
Los y las estudiantes de la carrera de Licenciatura en Educación en Castellano se conciben a sí mismos como sujetos autónomos, críticos y responsables con el entorno.
De lo anterior se desprende entonces que la carrera es:
Autónoma en la acción y en la convicción, pese a su posicionamiento dentro de la USACH, puesto que hace valer su derecho a la crítica y el cuestionamiento del orden imperante de la cosas, en tanto no depende de influencias externas.
Crítica en la visión y postura frente a la sociedad, y frente a la misma carrera.
Responsable hacia, para y por la sociedad y nuestra cosmovisión latinoamericana de la misma.
Misión
La carrera de Licenciatura en Educación en Castellano tiene como misión formar profesores y profesoras con un alto compromiso social, con un sólido soporte epistemológico, en sintonía con el carácter latinoamericanista que históricamente ha tenido. Así mismo, entregará todas las herramientas necesarias para el desarrollo académico de los y las estudiantes, a fin de potenciar el ingreso a magísteres y doctorados en las tres dimensiones de la especialidad.
Por lo tanto, pretendemos realizar un análisis de los contenidos específicos, una renovación concensuada y justa de estos y de los procesos educativos. Para esto, se requiere de las voluntades de todos los actores que participan de la carrera, considerando en todo momento la declaración de principios a la que adhieren los y las estudiantes.
Se pretende que los y las estudiantes de la carrera de Licenciatura en Educación en Castellano sean sujetos críticos, gestores de cambios sociales, transformadores de su entorno, con habilidades epistémicas, culturales e incentivadores de la crítica, el cuestionamiento y defensores de la pluralidad cultural, por sobre la homologación.
Síntesis
De la anterior presentación de principios declaramos nuestro acérrimo compromiso para con la sociedad, y la construcción de una cultura crítica.
Hacemos eco en nuestra historia, en el compromiso de nuestra Universidad, en la revisión y análisis acrónico de nuestra labor como estudiantes, como futuros profesores y como miembros de una sociedad post-dictatorial. Dispuesta a un cambio social más justo y equitativo.
Pese a este apego a la historia de la universidad, como ya lo declaramos también, tenemos una visión autónoma en relación a la actual gestión Universitaria y Global, hacia y por la Educación. Vemos esta como un derecho intrínseco en el ser humano, no manipulable bajo el prisma del capital y el mercado.
La necesidad de formar profesionales en el área de la educación se origina por un proyecto país en la década del 40, cuando se funda el Instituto Pedagógico Técnico, que devino en la actual Facultad de Humanidades. Desde entonces y hasta 1973, el país se hizo cargo de la educación en su totalidad. El quiebre producido por la dictadura impuso una nueva cosmovisión de educación, que actualmente se evidencia en la instalación de leyes alejadas de una formación crítica, porque responde a los modelos de mercado.
Pensar y crear Universidad, es una labor inherente en la crítica de la sociedad. Entendemos por crítica un ejercicio del entendimiento que comprende una dimensión teórica y práctica. Conocemos, comprendemos, evaluamos y reflexionamos como sujetos activos, autónomos y libres. Nuestra visión es cuestionadora en función del momento histórico: dejamos de concebir la educación como mera reproducción de contenidos. Somos entes sociales, estudiantes de pedagogía, distanciados de los elitismos. La universidad la hacemos tanto académicos, estudiantes como funcionarios.
Lo mismo ocurre cuando pensamos nuestra carrera. Buscamos nuestro ser en la universidad y en la sociedad.
Somos una carrera pilar dentro de las humanidades. Distanciados del fanatismo empírico, comprendemos el mundo desde la óptica social. La responsabilidad de los profesores es, prácticamente, inconmensurable: cada estudiante, con sus diferencias individuales, sus problemáticas, sus sueños, sus temores, sus afectos, sus cansancios y, en medio de todo esto, profesores y profesoras de castellano, luchando contra el determinismo: insistiendo en la gramática y las reglas generales de acentuación. Corresponde a los estudiantes ser consecuentes con el primer acto de responsabilidad social: la elección de la carrera.
Dentro del ámbito de la especialidad, la literatura y el lenguaje constituyen ejes fundamentales en la historia de la humanidad. El amor a la lectura y el uso crítico de la lengua no son simples herramientas dentro del corpus epistémico de los estudiantes secundarios chilenos. Por el contrario, son dimensiones humanas que fortalecen el estar en el mundo de los sujetos y de sus relaciones con los otros.
Lamentablemente, el marco del capital determina el actual quehacer de la carrera. Se pretende formar docentes pro-activos, dinámicos y con capacidad de gestión. Esto es lo que tenemos que pensar. De esto nos debemos cuidar. La primera forma de aprehensión de la realidad es por medio de la mimesis: aprehendemos y aprendemos por imitación y repetición. Así, es sencillo caer en la estructura capitalista que el sistema educacional chileno ha sistematizado y reproducido en sus formas más perversas.
Idear carrera, universidad y sociedad es un proyecto de largo alcance. Al decir sociedad, no hacemos referencia necesariamente al estado- nación, sino más bien pensamos en un espacio geopolítico más amplio: Latinoamérica. Es un constante empezar, actualizando contenidos por parte de los académicos y siendo suspicaces por parte de los y las estudiantes. La duda metódica debe ser nuestro ejercicio permanente, porque el sistema del capital se presenta seductoramente, de manera velada, solapada.
VISIÓN / MISIÓN
Visión
Los y las estudiantes de la carrera de Licenciatura en Educación en Castellano se conciben a sí mismos como sujetos autónomos, críticos y responsables con el entorno.
De lo anterior se desprende entonces que la carrera es:
Autónoma en la acción y en la convicción, pese a su posicionamiento dentro de la USACH, puesto que hace valer su derecho a la crítica y el cuestionamiento del orden imperante de la cosas, en tanto no depende de influencias externas.
Crítica en la visión y postura frente a la sociedad, y frente a la misma carrera.
Responsable hacia, para y por la sociedad y nuestra cosmovisión latinoamericana de la misma.
Misión
La carrera de Licenciatura en Educación en Castellano tiene como misión formar profesores y profesoras con un alto compromiso social, con un sólido soporte epistemológico, en sintonía con el carácter latinoamericanista que históricamente ha tenido. Así mismo, entregará todas las herramientas necesarias para el desarrollo académico de los y las estudiantes, a fin de potenciar el ingreso a magísteres y doctorados en las tres dimensiones de la especialidad.
Por lo tanto, pretendemos realizar un análisis de los contenidos específicos, una renovación concensuada y justa de estos y de los procesos educativos. Para esto, se requiere de las voluntades de todos los actores que participan de la carrera, considerando en todo momento la declaración de principios a la que adhieren los y las estudiantes.
Se pretende que los y las estudiantes de la carrera de Licenciatura en Educación en Castellano sean sujetos críticos, gestores de cambios sociales, transformadores de su entorno, con habilidades epistémicas, culturales e incentivadores de la crítica, el cuestionamiento y defensores de la pluralidad cultural, por sobre la homologación.
Síntesis
De la anterior presentación de principios declaramos nuestro acérrimo compromiso para con la sociedad, y la construcción de una cultura crítica.
Hacemos eco en nuestra historia, en el compromiso de nuestra Universidad, en la revisión y análisis acrónico de nuestra labor como estudiantes, como futuros profesores y como miembros de una sociedad post-dictatorial. Dispuesta a un cambio social más justo y equitativo.
Pese a este apego a la historia de la universidad, como ya lo declaramos también, tenemos una visión autónoma en relación a la actual gestión Universitaria y Global, hacia y por la Educación. Vemos esta como un derecho intrínseco en el ser humano, no manipulable bajo el prisma del capital y el mercado.
Asamblea de Estudiantes de Castellano.